La Asociación de Foniatría, Audiología y Logopedia Platense (AFALP) organizó el día 15 de Septiembre pasado en el Colegio de Martilleros, el 5to. encuentro correspondiente al Curso Anual: Lenguaje en Niños “Pacientes del espectro autista, tratamiento y posibilidades de intervención”.
En este marco, APadeA La Plata fue invitada a exponer sobre “LA MIRADA DE LA FAMILIA DE PERSONAS CON TEA – TGD Y LOS APORTES DE SU PARTICIPACION EN LOS TRATAMIENTOS”.
Resumen de la exposición
A partir del diagnóstico de nuestros hijos, se generan emociones múltiples: angustia, confusión, miedo, culpa, impotencia, negación y otras que nos llevan muchas veces a una inhabilidad para tomar decisiones y sobrecarga mental donde la información puede parecernos alternada y distorsionada. En las familias todo esto provoca una crisis y un posterior reacomodamiento.
De allí surgen nuevas necesidades de encontrar soporte humano (afecto y contención), de saber e informarse (aquí es importante la presencia de profesionales y otros padres) y también surge la necesidad de hacer, momento en el cual comienza la búsqueda de apoyos prácticos y realistas y la búsqueda de grupos y asociaciones como redes de contención.
“No hay forma de medir cuan intensamente un padre puede experimentar esta constelación de emociones.”
Surge en las familias la construcción de un nuevo camino que va de la reacción a la acción.
Los padres con el tiempo nos damos cuenta que la mejor manera de abordaje para nuestros hijos es:
Interdisciplinaria.
Intensiva y que contemple enseñanzas múltiples
Nuestra participación activa generando un ida y vuelta entre terapeutas y familia.
¿Los padres en el tratamiento?; ¿por qué?; ¿sólo se trabaja con el niño?. ¡Se debe trabajar con la familia!, porque el niño, la persona con autismo, pasa la mayor cantidad de tiempo con su familia.
Qué pueden hacer los terapeutas con los padres? .
Incluirlos en la terapia.
Capacitarlos, despejar sus dudas, informarles que necesitan sus hijos, cual es el avance que presentan, que necesitan de ellos como padres, como lo han de realizar.
La participación de los padres y la familia que convive con las personas con TEA es necesaria e importante, no es una parte más de los tratamientos, es parte fundamental e indispensable.
Los padres:
- OBSERVAN a sus hijos en gran cantidad y variedad de situaciones.
- CONOCEN sus gustos, intereses, costumbres y las necesidades funcionales de sus hijos.
- DETECTAN HABILIDADES en sus hijos.
- REGISTRAN todo tipo de conductas e información que es necesaria al momento de evaluar, planificar y programar los tratamientos.
- Tienen infinitas oportunidades por día de enseñar y variabilidad de ocasiones.
- Pueden enseñar AVD (Actividades de la Vida Diaria) “Conjunto de actividades que realiza una persona con frecuencia casi cotidiana para vivir de forma autónoma e independiente”, desde las más básicas (control de esfínteres, alimentación, movilidad, aseo e higiene, vestimenta) hasta las más instrumentales y avanzadas (manejo del dinero, uso del transporte, tareas del hogar, prepararse las comidas, labores domesticas, comprar, deportes, actividades sociales de mayor intensidad, aficiones, viajes).
Los padres también:
- Ayudan en la generalización, mantenimiento e incremento de las tareas y aprendizajes.
- Aprenden a extinguir y redireccionar conductas disruptivas e inadecuadas.
- Participan naturalmente de la integración al medio familiar y social.
- Pueden enseñar a jugar a sus hijos: llamar su atención, aprovechar la hora de la cocina para jugar a los cocineros, y el arreglo de algo para jugar a los mecánicos o a los constructores, es decir aprovechar las situaciones reales para hacerlas juego.
- Comienzan desde que sus hijos son pequeños a brindarles un entendimiento más claro de su cuerpo (conocimiento de partes, higiene, cambios, cuidados de otros, que partes se deben mostrar y cuáles no, quienes pueden acercarse, etc.), a enseñarles una conducta social apropiada, las formas de proteger su seguridad personal. Todo lo que es la base de un futuro aprendizaje de educación sexual.
Aportan los mejores refuerzos por el vínculo que existe con sus hijos: les sonríen y los animan, “vos podés” “sos un campeón”…
Jerarquizan las habilidades que son necesarias que aprendan sus hijos de acuerdo a la dinámica y funcionalidad dentro del hogar de las mismas.
Sirven de conexión con los hermanos de las personas con TEA a fin de brindarles información y generar habilidades para relacionarse de manera positiva.
Son ejemplo para moldear conductas y tienen el tiempo para encontrar los momentos adecuados.
La participación de los padres en el tratamiento:
Ayuda a disminuir el stress en la familia, por consiguiente mejoraran las relaciones entre los miembros de la familia y podrán brindar un mejor trato como persona a sus hijos.
Nos asegurará la continuidad en espacios de inclusión.
Permite que se conviertan en los mejores maestros - prácticos de sus hijos, adquirir experiencia y con ella apoyar a otros padres o profesionales.
Por sobre todas las cosas es una parte fundamental que incide directamente en una mayor efectividad de los tratamientos de sus hijos lo que redunda en una mejor calidad de vida e inclusión social.
Entonces, ¿es mejor enseñar a los padres, hermanos y quienes conviven, a participar del tratamiento?
Participemos juntos, los padres pueden aportar la práctica diaria y los terapeutas el conocimiento.
A todos aquellos padres que quieran ser parte activa de los tratamientos de sus hijos, y busquen capacitación, herramientas concretas y estrategias que permitan incluir a sus hijos y mejorar la convivencia los invitamos a nuestra Escuela Taller para Padres y Familiares “Los Padres como educadores, marcando la diferencia”
El trabajo en equipo de Padres y Profesionales, nos permitirá una relación horizontal donde ambos estemos en igualdad. El profesional es la ciencia y el padre la práctica, uno no puede estar sin el otro. El padre necesita del profesional tanto como el profesional necesita del padre.